La tartamudez de Iván de 12 años

Iván llegó a nuestra clínica con 12 años.

Es una edad problemática, todos lo sabemos.

En plena preadolescencia, esa edad en la que todo lo que quieres es encajar.

Pero había un problema: Iván tenía tartamudez.

Una tartamudez severa que no se había corregido desde que era pequeño.

Cada vez que abría la boca, sentía que el mundo se paraba.

Sus palabras no salían, se quedaban a punto de salir.

Y en clase, cada vez que tenía que hablar, quería que la tierra lo tragara.

Sus padres, desesperados, se preguntaban si estarían a tiempo de hacer algo.

Estaban frustrados con ellos mismos por no haber puesto la solución desde pequeño.

Vinieron con muchas dudas, pero decididos a no rendirse esta vez.

Y eso lo cambió todo.

Te soy sincera, y te digo que no fue fácil.

Iván tenía miedo, vergüenza.

Pero poco a poco, sesión tras sesión, empezó a recuperar el control.

Trabajando durante meses y con las técnicas adecuadas íbamos dominando el monstruo de la tartamudez.

Palabras, frases cortas y frases más largas.

Cada vez íbamos superando la tartamudez con mucho esfuerzo.

Los padres que apostaron a TODO O NADA, vieron el trabajo realizado y estaban muy orgullosos de Iván.

Hoy, Iván es un adolescente que no teme hablar en público.

No, no es que la tartamudez haya desaparecido por completo (sabemos que eso no es posible), pero ahora sabe cómo manejarla.

Y eso, para él y para su familia, lo cambió todo.

Es de las historias que más me llegaron, y que demuestran los grandes logros que se pueden obtener con el trabajo de la logopedia y las técnicas adecuadas.